Ensayo sobre Huertas Orgánicas
- Juan Falcon
- 16 mar 2017
- 10 Min. de lectura
HUERTAS ORGÁNICAS
El suelo no es simplemente lo que pisamos
Si nos dejáramos llevar por la cotidianidad de nuestro existir, pensaríamos que el suelo que pisamos es simplemente eso, un estrato que sirve de sustento para trasladarnos de un lugar a otro, sin reparar en la complejidad que éste presenta y lo susceptible que se manifiesta al accionar del hombre. Si lo analizamos más exhaustivamente notaremos que además de ser el depositario de una serie de elementos necesario para el crecimiento de las plantas, el suelo constituye una capa dinámica en la cual se llevan a cabo, constantemente, una cantidad de procesos físicos, químicos y biológicos de altísima complejidad. Por lo tanto el suelo, lejos de ser una porción del planeta muerta y estática, es una zona cambiante y de continuo desarrollo. Éste tiene la particularidad de ajustarse a las condiciones climáticas, a la topografía y a la vegetación experimentando cambios si algunos de estos factores enunciados se modifican.
Por tratarse de la zona con la que el hombre tiene mayor contacto, el suelo se encuentra en un delgado equilibrio debido a la permanente erosión que sufre por este accionar antrópico, ya que es de vital importancia que sus componentes minerales y orgánicos mantengan ese balance sin ser perturbado, de manera tal que los procesos, físicos, químicos y fundamentalmente biológicos por parte de los organismos autótrofos, se puedan desarrollar con total normalidad.
HUERTAS ORGÁNICAS
Antes de adentrarnos en el tema es importante manejar algunos conceptos básicos que nos permitirán familiarizarnos con la terminología y los temas que trataremos
¿Qué es la agricultura sustentable?
La agricultura sustentable es aquella que se realiza, priorizando el cuidado del medio ambiente, eliminando el uso de compuestos químicos inorgánicos con el objeto de controlar plagas y malezas, utilizando, además, abonos naturales.
¿Qué son las huertas orgánicas?
Las huertas orgánicas son aquella donde se cultiva sin la utilización de fertilizantes, plaguicidas de origen químico y sus productos son los llamados alimentos orgánicos.
¿Qué es el compost?
Es producido con materia orgánica biodegradable (verduras, cáscaras de frutas, hojarasca) en capas alternadas con tierra, que por acción bacteriana produce este abono orgánico.
¿Por qué hay que rotar los cultivos?
Se rotan los cultivos por tres aspectos fundamentales, con respecto a las malezas, insectos y muchos patógenos, no encuentran un nicho estable que permita un aumento importante de su densidad poblacional, otro, es el aspecto químico, factor fundamental en los procesos de recomposición ya que el suelo con el monocultivo pierde nutrientes; y en tercer lugar el rotar el cultivo permite que los perfiles adquieran distinta porosidad debido a la diferencia radicular de las especies que intervienen en la rotación.
¿Por qué no hay que repetir el cultivo de soja?
Por la misma razón que deben rotarse los cultivos no hay que repetir la siembra de la soja, pero fundamentalmente porque es una oleaginosa que agota notablemente los suelos respecto a la cantidad de nutrientes presentes en ellos.
El Abono
Es un material para aumentar la fertilidad, preservar y enriquecer las condiciones de la tierra a sembrar.
El Abono Orgánico
El abono orgánico, es fertilizante que proviene de la degradación y mineralización de materiales orgánicos (estiércoles, desechos de la cocina, pastos incorporados al suelo en estado verde, etc.).
Hay distintos tipos de abonos orgánicos: compuestos, verdes y de superficie.
El abono compuesto
Se elabora con la mezcla de restos orgánicos (entre los que se pueden enumerar residuos de cocina, yuyos, pajas, estiércoles, ceniza), y tierra. El abono orgánico se puede obtener en forma casera, y es un abono “rico”, con el cual las plantas se alimentan.
Hay varios métodos para preparar el abono compuesto. El ideal consiste en apilar distintos materiales en capas, intercalando restos de vegetales verdes, restos de cocina, restos de paja, restos de estiércol, tierra y así sucesivamente.
Hay que regar la pila para asegurar que cuente con una buena cantidad de humedad y protegerla con algún material (plástico o chapa), para evitar que las lluvias perjudiquen la fermentación del preparado.
Un dato para tener en cuenta: si no aparecen lombrices en la abonera, conviene agregar algunas. Existe una lombriz pequeña, de color rojo vivo, que se encuentra en las bostas maduras, que es útil para acelerar el proceso de transformación.
Cómo preparar el abono compuesto
ELEMENTOS QUE SE PUEDEN UTILIZAR Y LOS QUE NO SE DEBEN UTILIZAR
ELEMENTOS QUE SE PUEDEN UTILIZAR Y LOS QUE NO SE DEBEN UTILIZAR
SI
NO
Cáscaras de frutas
Restos de verduras
Cáscaras de huevos,
Yerba, té, café
Huesos molidos
Hojas.
Vidrios
Huesos enteros
Carne
Grasas
Plásticos
Latas
Hay muchas formas de preparar el abono compuesto. Una de las más extendidas es la preparación del abono “En Pozo”. Consiste acumular en pozos o zanjas distintos materiales en capas, realizando los pasos descriptos en el preparado en “pila”. Tener presente que de acuerdo a las condiciones climáticas se debe regular el riego porque el exceso de humedad puede podrir el preparado.
También se preparan “En Tacho”. Es necesario quitar la tapa y el fondo de un tambor de 200 litros, previamente agujereado en toda la superficie. En él se tiran los desechos aptos para conseguir el abono orgánico, y cada tanto se agrega una capa de tierra. Es necesario removerlo con una horquilla para conseguir una buena aireación. El tacho se debe tapar para evitar el ingreso del agua de lluvia.
Es recomendable que el tambor esté asentado sobre ladrillos, dejando un espacio (que se tapará con una madera), por donde se extraerá el compuesto, una vez que esté listo. Tener especial cuidado con respecto a la ubicación del “tacho”, pues en verano el exceso de exposición al sol puede aumentar demasiado la temperatura y como resultado de esto acelerar la putrefacción del preparado inutilizándolo.
Cómo construir una abonera portátil
No es difícil construir una abonera de acumulación. Una de un metro cúbico será útil para los desechos grandes.
Primero, hay que construir un corralito, con alambre tejido, cuyo entramado no supere los 2 cm para evitar derrames de tierra, y estacas de madera, u otro material fácil de manipular, ya que la estructura tendrá que ser desarmada y reinstalada en otro lugar.
Una vez finalizada la construcción, en ella se depositarán pastos secos y verdes, restos de podas (no se deben poner ramas gruesas), estiércoles y otros desechos orgánicos. Al mismo tiempo que se van incorporando materiales orgánicos es necesario intercalar estas capas con tierra, esto permitirá la incorporación del banco de bacterias y microorganismos que trabajarán en la degradación y mineralización de la materia orgánica. Es necesario que la abonera se cubra con una chapa o un plástico, para evitar que el material se seque o sea lavado por las lluvias.
Después de un par de meses, se saca el contenedor de alambre y se deja la pila de materia orgánica en el lugar. A tres metros de distancia, aproximadamente, se vuelve a armar el corralito para dar forma a una nueva abonera.
¿Cuándo está listo el abono?
En nuestra zona, dadas las bajas temperaturas, el tiempo de formación del abono es la temporada productiva (septiembre-abril) y se desarrolla principalmente en los meses de temperaturas elevadas. Durante el invierno no hay actividad de los microorganismos por lo tanto no se forma abono.
¿Cuándo los desechos se han convertido en abono? Cuando en la pila no es posible distinguir los residuos que habían sido incorporados. La mezcla será uniforme cuando estos estén desintegrados y tengan aspecto a tierra negra y esponjosa. El olor de la mezcla habrá cambiado, ya que cuando el abono orgánico está maduro tiene un buen olor.
Separación del abono
En primer lugar se debe separar todo aquel material que puede ser diferenciado como material orgánico original (huesos molidos, hojas, ramas secas, etc.) y regresarlo a la abonera, este trabajo se realiza con horquilla. En segundo lugar corresponde la separación del material desintegrado y parcialmente mineralizado, este se debe separar con una zaranda de 1 centímetro de malla.
Una vez que el material ha sido separado se obtendrán tres tipos de abono: uno grueso, formado por material que aún no ha terminado de descomponerse, será destinado a iniciar una nueva abonera.
El material más fino se puede utilizar como capa superficial de los almácigos y en los tablones, ya sea colocándolo en los surcos de la siembra directa o en los hoyos al hacer los trasplantes (en los tablones funciona como una fertilización localizada, muy importante que esté presente cuando la semilla emite sus primeras raíces).
En tanto, el material mediano, que no atraviesa la zaranda será utilizado como capa protectora del suelo y entre las plantas. A este se lo denominará mantillo o abono de superficie que, además de funcionar como abono, evitará que crezcan yuyos y que la tierra se reseque.
El abono de superficie es el aporte de materia orgánica colocada directamente sobre la superficie que se quiere fertilizar. Puede conformarse con materiales vegetales, como pasto, restos de cosecha, paja, material semidescompuesto, etc., que además funciona como “mantillo”, evitando la evaporación y protegiendo la estructura del suelo del impacto de las gotas de agua.
Es importante destacar que también impide el crecimiento de yuyos. De esta manera, se harán menos necesarias la carpidas para desmalezar.
IMPORTANCIA DE LAS PLANTAS AROMÁTICAS EN EL CONTROL DE PLAGAS
Las plantas aromáticas y medicinales contribuyen a un aumento de esta variedad (biodiversidad), con la finalidad de controlar plagas que afectan los cultivos, haciendo que nuestro huerto se parezca más a un sistema natural en equilibrio donde conviven armoniosamente las hortalizas, flores, hierbas aromáticas y yuyos.
Introducir plantas aromáticas y medicinales en la huerta orgánica implica:
Una medida preventiva para impedir la aparición de plagas y enfermedades. La diversidad de aromas y colores provoca confusión en los insectos al afectar sus sentidos, dificultándoles ubicar su vegetal favorito. Algunas especies actúan a través de su acción repelente. Algunos ejemplos de estas aromáticas y pueden ser utilizadas como repelente son: la albahaca, la lavanda, la ruda, la menta, etc.
PREPARADOS CASEROS CON AROMATICAS PARA CONTROLAR ALGUNAS PLAGAS:
HORMIGUICIDA verter un litro de agua hirviendo sobre 300 g de flores de lavanda. Dejar reposar. Pulverizar con esta infusión las plantas atacadas por las hormigas.
CONTRA GUSANOS, pulgones, ácaros y hormigas: preparar la infusión de tanaceto con 30 g de hojas, tallos y flores de la planta fresca por litro de agua. Pulverizar sobre las plantas atacadas.
REPELENTE DE GORGOJOS, ácaros y orugas: preparar una infusión de ajenjo con 150 g de planta fresca por litro de agua. Pulverizar sobre las plantas.
REPELENTE DE PULGONES: poner a macerar durante 10 días 200 g de ruda en un litro de agua. Pulverizar sobre las plantas atacadas.
Preparado a base de ajo: colocar 5 a 6 dientes de ajo + ½ de alcohol + ½ litro, luego se debe licuar, filtrar los restos y enfriar en la heladera. Lo obtenido en el proceso se diluye en un parte en 4 partes de agua y se pulveriza todo el follaje o el suelo. Puede ser utilizado como insecticida, repelente y fungicida.
Contra las hormigas: puede utilizarse el preparado de “venenitos” (los frutos del Paraíso): deben dejarse en agua los frutos durante dos semanas, luego lo obtenido se diluye en 4 partes de agua y se rocía alrededor de los canteros.
LA IMPORTANCIA DE LA ROTACIÓN DE LOS CULTIVOS
Como dijimos anteriormente la importancia de la rotación es asegurar que no se agoten los nutrientes del suelo entre uno de los factores más importantes. A continuación se detallan los vegetales que por características estructurales son consideradas más consumidoras de nutrientes que otras.
Altas consumidoras: producen frutos (tomates, berenjenas, ajíes, etc.) y flores (coliflor, brócoli, etc.)
Medianas consumidoras: son aquellas como las cebollas, ajos, zanahorias, lechugas, etc.
Bajas consumidoras: son aquellas plantas que aportan nitrógeno como las arbejas y chauchas, también son incluidas en este grupo las aromáticas por consumir muy pocos nutrientes en relación a las hortalizas.
Por lo tanto, la idea de este mecanismo dividir el espacio en 4 partes para poder realizar la rotación.
Asociaciones y rotaciones aconsejables:
Tomate (en todas sus variedades)
Asociación: la podemos realizar junto a hierbas aromáticas como perejil y albahaca y combinarlos con florales: copetes y/o caléndulas. Rotación aconsejable: lechuga, espinaca, zanahorias, entre otras. Todos los vegetales denominados frutos consumen mucho fósforo, abonar el suelo antes de sembrar para potenciar.
Lechuga
Asociación: espinaca, zanahoria, puerro, cebolla y con florales como el girasol. Rotación: arvejas, chauchas y hierbas aromáticas. Todas los vegetales de hojas consumen mucho Nitrógeno, abonar el suelo antes de sembrar para potenciar.
Zanahorias y todas las de raíz consumen mucho Potasio
Arvejas y chauchas
Asociación: lechuga, espinaca, zanahorias, entre otras. Rotación: Habas y Alfalfa.
Habas y Alfalfa: se sigue el mismo criterio aplicado a las arvejas y chauchas. Dejan N disponibles en el suelo por eso se llaman reponedoras
Vegetales que podemos cultivar en la huerta
Acelga, Ajo, Apio, Berenjena, Brócoli, Calabaza, Cebolla, Chauchas o judías verdes, Coliflor, Espinaca, Lechuga, Pimiento morrón, Puerro, Remolacha, Repollo, Tomate, Zanahoria, Zapallito
MENCIÓN ESPECIAL
La papa en la huerta: un socio de fácil integración (Fuente INTA 27-12-2012)
La jornada realizada el 26 de marzo en el INTA Marcos Juárez con la organización de la Agencia de Extensión Rural permitió un primer acercamiento a la papa y sus cualidades como un importante componente de la huerta y también su incidencia productiva en nuestro país.
En nuestra zona la papa se siembra en agosto y en febrero, de acuerdo a las condiciones climáticas. Necesita suelos aireados, de buena estructura y buen drenaje y buen contenido de materia orgánica. No debe haber tenido previamente el suelo ninguna solanácea como tomate, pimiento o berenjena.
Para la siembra, se utilizan papas sanas (sin manchas, con la piel uniforme). Esta “semilla” debe tener un peso aproximado de 50 g, pudiendo utilizar papas enteras o en caso que sean más grandes se cortan en trozos con 1 ó 2 yemas u ojos. Para proteger el corte se deben espolvorear con cenizas de madera o cal apagada. Se implantan en surcos en forma de “lomos” de una altura de 25 cm, con un ancho de 20 cm, pudiendo sembrarse una “semilla” cada 25 cm a una profundidad de 8 cm.
En cuanto a la cobertura, posterior al paso de siembra y durante todo el ciclo se debe cubrir el lomo con pasto seco, paja de trigo u otra gramínea para mantener la humedad en el suelo, evitar crecimiento de yuyos y protección de plantas. Los riegos deben ser regulares y no excesivos a partir de floración que es cuando se inicia la tuberización y engrosamiento de los mismos. En sanidad y plagas hay varios productos naturales para combatir tizón y bicho moro, respectivamente.
Se recomienda asociar este cultivo con aromáticas como ajenjo u orégano, o bien flores amarillas como caléndula o copetes.
La cosecha de este cultivo se realiza a los 120 días cuando el follaje se va secando y la planta va terminando su ciclo, teniendo atención para esta actividad a fin de no postergar la cosecha por alguna lluvia y que pueda pudrirse la papa en el suelo. Se realiza en forma manual, con una herramienta adecuada (laya) para dar vuelta el lomo de manera que se pueda descalzar la planta.
La luz y temperatura de almacenamiento son los factores que regulan la dormición por lo tanto la conservación de la papa cosechada se puede hacer en pilas o en bolsas en un lugar oscuro, fresco y aireado.
Conclusión
La importancia Ecológica, Social y Económica del desarrollo de huertas orgánicas es imprescindible fomentar desde los distintos estamentos de la sociedad, pues es una actividad enriquecedora desde todo punto de vista y conlleva una carga enorme en pos de la concientización sobre el uso de técnicas y estrategias sociales amigables con el Medio Ambiente, al mismo tiempo se genera una fuente de trabajo e ingresos económicos altamente rentables por los métodos y manufacturas utilizadas para producir los vegetales orgánicos.

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